Tantos
surcos como sueños,
Dibujan
una piel cansada.
Saben
tus labios aún a miedo,
Y a
palabras robadas.
¿Quién
tiñó de ceniza tus ojos?
¿Quién
fue el cobarde que apagó tu mirada?
Con
lágrimas de barro,
La
historia está manchada.
Te
escondiste, vida,
Haciendo
eterna la espera,
Detrás
de cada arma
La más
débil carroñera.
Disparaste
nuestras almas,
Nos
ahogaste en las trincheras…
Pero
con el poder en la garganta,
Aunque
mis manos viejas,
Prometo
defenderte, mundo,
Y
decirle no a la guerra.
Amanda Granda
4º de ESO
Colegio Santo Domingo
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario