miércoles, 2 de abril de 2014

Primera Guerra Mundial


A continuación os contaré mi historia de cómo sobreviví a la primera guerra mundial.

Todo comienza un día normal como todos los demás, yo estaba en casa comiendo con mi familia y hablando sobre el futuro de nuestro hijo, el cual iba a cumplir los 18 años unos pocos meses mas tarde.

De repente oigo que alguien llama bruscamente a la puerta de mi casa, y yo imaginándome que sería un vagabundo más de la sociedad buscando cobijo y comida abrí la puerta. Era un hombre alto y robusto, vestido con un traje de camuflaje, unas botas anchas y un casco verde cubierto de hojas en la parte superior. Por la forma en la que iba vestido me di cuenta inmediatamente de que pertenecía al ejército, pero lo que no sabía era lo que venia a buscar a mi humilde morada.

Yo amablemente le invité a pasar. Una vez dentro yo le pregunté que venía buscando en un lugar tan remoto como aquel, él me miró seriamente y puso una hoja encima de mi mesa.

En esa hoja decía que había sido llamado para formar parte del ejército.

Yo me quede atónito, miré hacia el soldado y luego hacia mi mujer, que lo había oído todo y rompió en llanto.

En ese momento sentí como si el mundo se viniera abajo, intente calmar a mi mujer diciéndole que no pasaría nada, que volvería sano y salvo.

Pero en realidad yo por dentro sabía que sería muy difícil sobrevivir a esa guerra, ya que había muchos países involucrados en ella y muchos ejércitos enemigos.

Una vez que logré calmar a mi mujer que me dirigí hacia donde estaba sentado el soldado y le dije:

- Aunque sé que yo solo no puedo hacer mucho, haré todo lo que este en mis manos por mi país.

Acto y seguido el soldado se fue de mi casa y una semana mas tarde recibí el informe de que había recibido el puesto de cocinero en uno de los campamentos ocupados por nuestros ejércitos.

Cuando leí la noticia sentí una alegría indescriptible, ya que iba a tener muchas mas posibilidades de sobrevivir en esa posición que en el frente luchando cara a cara contra el enemigo.

Pasaron tres semanas, llegó el día de partir. Me despedí de mi mujer y de todos mis familiares y les prometí que volvería sí o sí
.

Tras unas largas 20 horas de viaje llegue al campamento en el que el ejército estaba asentado.

Tuve una acogida bastante calurosa por parte de todos los soldados, ya que yo iba a ser la mano que les iba a dar de comer.

Estuve en ese campamento durante gran parte de la guerra, hasta que un día el campamento fue atacado y con suerte logré escapar.

Al final logré sobrevivir, y por suerte puedo contar esta historia hoy, y, por ello, doy gracias.
 
Sergio Chápuli
4º de ESO
Colegio Santo Domingo

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