Tras este objetivo se esconde una
vida. Una vida grande o pequeña, desgraciada o célebre. Puede que sea el
asesino de tu hijo, de tu hermano, pero sigue siendo una vida. Una vida que aún
se puede arrepentir del mal que ha causado, que aún puede cambiar y dejar las
armas.
Aunque esa vida no tiene por qué ser de un asesino, a lo mejor es de un niño
que se cruza por el camino, que con su inocencia sólo va a buscar lo que a
otros se les ha perdido. O a lo mejor no hay ninguna otra vida kilómetros a la
redonda, ni siquiera la del cadáver sobre el que está sentado el soldado,
quieto, frío, sin pulso ni respiración. Su hora ya había llegado, y que
tendría, ¿veinte?, ¿treinta años?, ¿tal vez menos? Seguro que sí. Ahora ya no
se mueve, no es nada, pronto su cadáver será tierra, de él quedarán los huesos,
y la ropa, además del recuerdo de su familia, que esperará eternamente
angustiada su imposible regreso.
Por fin ha llegado la hora, el
soldado mira, apunta y...
MARINA VEGA FERNÁNDEZ
4º ESO. IES SELGAS. EL
PITO (CUDILLERO)
Fuente imagen: http://historiaintegradora4.blogspot.com.es/2012/11/unidad-n-2-malena-espindola-de-la.html#!/2012/11/unidad-n-2-malena-espindola-de-la.html
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