martes, 18 de marzo de 2014

Las apariencias engañan

Cuando la guerra casi había acabado, los jóvenes y no tan jóvenes decidieron hacer una fiesta para celebrar la tregua. Pasaron varios días cuando todavía se comentaba todo lo sucedido, llegaba al pueblo un nuevo habitante. Todos se preguntaban por qué, si ese lugar no era conocido, y casi nadie sabía de su existencia. El era joven, alto y guapo, pero lo peculiar era que tenía un tatuaje con el símbolo alemán del águila. Pensaban que les volvería a traer la guerra. 
En los altos cargos del gobierno decidían si volverían a comenzar la gran batalla, por el bien de otro país. Cuando todo se decidió, las familias recibieron un telegrama y se quedaron anonadas ¡Comenzaba de nuevo la guerra! Volvían a desalojar las casas y dejarles en la calle. Cuando el visitante, Alfredo, pero apodado como Fre, les explicó que desde un principio si había cooperado con los alemanes, pero después ayudo a escapar a los prisioneros. La guerra continuaba de nuevo. Transcurrida la batalla Fre visitó a los generales y les explicó que pararan la guerra, le hicieron caso, ya que él les había mentido diciéndoles que tenía un importante cargo en otro país más poderoso. Todo se terminó y volvió a ser como antes.
Moraleja: Las apariencias engañan. 
Sandra 2º ESO CPEB Aurelio Menéndez

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