viernes, 14 de marzo de 2014

Un recuerdo inolvidable



28 de Julio de 1915.

Las nubes habían tapado el sol, todo estaba oscuro. No había nadie por las calles, todo estaba vacío.

De repente la calzada se llenaba de soldados, sus pasos fuertes y uniformes asustaban a las familias que en ese momento se encontraban en sus hogares.

Dos disparos sonaron, dos disparos que esa mañana marcaron el comienzo de una gran guerra.

Yo estaba en el hospital preparando todos los botiquines de emergencias, los soldados ya habían dado el aviso de que comenzaba la lucha. Estábamos todas preparadas pero algo en nuestro cuerpo nos hacía mirar unas paras las otras prediciendo la muerte de muchos soldados.

La hora había llegado, el campo de batalla se encontraba lleno y nostras nos situábamos en una orilla, no estábamos muy a salvo pero era el mejor sitio para socorrer a los soldados.

La batalla había comenzado. Pro cada gota de sangre de los soldados una lágrima me caía, recorría mi cara hasta desplomarse en el vacío como les pasaba a los luchadores.
Teníamos dos soldados heridos por cada minuto que pasaba, eso se convertía poco a poco en una batalla, y así todos los días hasta el 11 de noviembre de 1918.

El primer día de la guerra eran aproximadamente unos 70 millones de soldados de los que han quedado por el camino 9 millones de ellos.
Las enfermeras hemos sobrevivido la mayoría a la guerra. Algunas quedaron por el camino por causa de enfermedades irreparables.

Yo me siento muy afortunada de haber colaborado en salvarles la vida a los soldados aunque alguno no hayan podido llegar hasta el final, pero sobretodo agradezco haber llegado viva.

REBECA 4º ESO - CPEB Aurelio Menéndez

No hay comentarios:

Publicar un comentario