miércoles, 12 de marzo de 2014

La guerra y el amor


28 de julio de 1915
 
Era una mañana  como otra cualquiera, la gente estaba tranquila, contenta, comprando en los mercados, los niños paseaban por la calle de la mano de sus madres, cuando de repente empezaron  a llegar soldados, sus caras de crueldad y sin compasión asustaron y temorizaron a la gente que estaba fuera de su hogar, aquello era el principio de una larga y dura guerra.

Yo estaba en el hospital con muchas otras enfermeras como yo y con el doctor, estaba muy nerviosa sabia que  la guerra iba a traer muchas muertes y por mucho que yo pudiera hacer no lo podría impedir.

Llego la hora preparamos todo lo necesario y salimos del hospital, al llegar se me partió el alma cada disparo que sonaba se me paralizaba el corazón, quería que todo acabara cuando todavía estaba apunto de empezar. La gente intentaba escapar de aquellos duros y crueles soldados  pero ellos iban tras la gente  quitando sus vidas. Por cada minuto que pasaba teníamos más y más heridos.
 
Con cada uno de ellos hacia todo lo que podía para salvar sus vidas. De pronto sentí un disparo y un fuerte grito, una madre lloraba desconsoladamente al intentar separarla de su hijo,  pero lo que menos me esperaba era que su hijo iba a acabar en mis manos, un soldado le disparo,  y de pronto su madre estaba detrás mío, me dijo rápidamente antes de que la vieran que por favor salvara a su hijo, su mirada triste y sus palabras me llegaron al corazón , hice todo lo que pude pero el niño falleció. Me sentí fatal al ver al niño tan pequeño luchando por su vida pero no podía hacer nada.

De pronto vi cómo un soldado le decía a un niño que se escapara  mientras los otros soldados disparaban  a mas gente. Me pareció raro y me quede un buen rato observándole.

Su mirada me daba confianza, sinceridad, mientras que la de los otros soldados me repugnaban y sentía odio al mirarles. Estaba curando a una mujer herida cuando el soldado hacia mí, yo le pregunte porque había salvado la vida a  esos niños y él me dijo que no preguntara nada que no podía contestarle pero que no tenía un buen corazón.

 Me empezó a preguntar cosas sobre mi, como me llamaba, cuantos años tenia y de pronto note un pequeño cosquilleo, no se que me pasaba, pero me sentía nerviosa al hablar con el.

 Después de un largo y duro rato la guerra termino, el sufrimiento se acabo y aunque no pude salvar todas las vidas que quisiera me sentí orgullosa de las que salvé. Me fui para mi casa para intentar descansar después del momento vivido, pero el soldado vino detrás mío y me dijo que si podía quedar para cenar yo le dije que si, estaba muy nerviosa el soldado me estaba empezando a gustar, llegue a mi casa y dormí un poco luego  me prepare y sobre las ocho el soldado estaba debajo de mí casa con el coche.

Salí  y lo primero que le pregunte es por qué salvó a esos niños, me llamo mucho la atención, el me dijo que se le partía el alma a ver a esos niños tan chiquitos luchando por su vida y más separándolos de sus madres, y que él no era como sus compañeros, tenía que  hacer algo. Sus palabras me conmovieron y después de una larga noche comenzamos una relación en la que fuimos muy felices.
Lorena Mesa 4º ESO
CPEB Aurelio Menéndez

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