Hacia tres días que no comía, que no bebía, que
descansaba, estábamos en el medio de una guerra terrible apocalíptica.
Íbamos yo y mi compañero cuando de repente mi
amigo fue herido, yo tuve que cuidar de él para que no muriera desangrado.
Estábamos
en un terreno descubierto y a un lado estaban los alemanes disparando contra
nosotros y por el otro estaban los nuestros, los rusos. Contraatacaban para que
los alemanes nos hicieran el mínimo de daño posible. Encontramos una trinchera,
pero no sirvió de mucho me atacaron por la espalda, y me llevaron preso.
Nunca
más volví a ver a mi amigo.
Miguel 4º ESO CPEB de Cerredo
No hay comentarios:
Publicar un comentario