jueves, 6 de marzo de 2014

Una historia de amor


En 18-6-1916 estábamos situados en un hospital un poco alejado del campo de batalla, yo era una de las enfermeras alemanas, me había tocado atender al enfermo doscientos dieciocho, el cual se había quedado ciego tras el ataque de los franceses en las trincheras. Este también tenía una bala incrustada en la pierna derecha, además de varias cortaduras por todo el cuerpo. El primer día que fui a verle para curarle las heridas supe que era el chico perfecto, ya que era bueno y honesto. Él estaba asustadísimo ya que no podía, pero yo le tranquilice, después  cuando le pregunte como se llamaba él me dijo con una voz angelical:
Yo me llamo Raúl y  vengo de luchar.
Luego yo le pregunté: ¿has estado en algún lugar fuera de Alemania?
El me respondió: Si he estado en un precioso lugar llamado Burgos, pero tuve que volver hasta aquí para luchar por mi patria y ya ves así he acabado. 
Tras hacerle las curas me despedí de él para que pudiera descansar del día tan duro que tuvo que pasar el joven.
Yo me fui hasta mi cabaña a dormir, cosa que no pude hacer ya que pase toda la noche pensando en el joven. Al día siguiente estaba totalmente destrozada pero repuse fuerzas con mi desayuno. Al llevarle el desayuno a Raúl, él no quería desayunar porque decía que no tenia hambre, pero yo le obligué a comer porque si no el moriría a faltas de nutrientes y yo no quería que le pasara nada.
En el 1918 al acabar la guerra él y yo nos fuimos a vivir juntos ya que nos habíamos enamorado, tuvimos dos preciosas niñas y nos casamos el  12-7-1923. Desgraciadamente él murió 185 días después  de la boda a causa de una bomba oculta en el suelo, fue una tragedia para la familia.
                                    
                                       Rebeka 2ºESO – CPEB Aurelio Menéndez

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